25 años y tres días después de escribir el poema.
Quiero ver ese horizonte,
un horizonte real que
me invite a tocarle.
un horizonte real que
me invite a tocarle.
Pero extiendo mi mano
y no puedo alcanzarle,
porque tal vez sea real o imaginario.
Un horizonte que se funda en la tierra
no una mezcla de azules,
no colinas negras.
Quiero un horizonte que se pierda
y me invite a hacerlo.
Quiero un horizonte eterno,
el que siempre se pierde en el tiempo.
No el horizonte de la vida y la muerte
no el horizonte del amor y el odio.
Quiero un horizonte real
que me invite a fundirme
en toda su eternidad.
19-Noviembre-1995
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