domingo, 21 de marzo de 2021

Se queda ahí sin dar

 

21 de marzo de 2020




Y es que se ha quedao to aquí,
en la punta de mis labios.
¿Cómo no han de desgarrarse
las carnes que le atraparon?
Si se me han quedao espectantes
de sus manos, de sus brazos.

Se me han quedao en los poros
las sonrisas de soslayo,
sus miradas de deseo
se han quedao ahí enreando.
Convencida en un "le quiero"
que esto iba mejorando
y que la fiebre en mi pelo
no era sólo un engaño.

Que se han quedado mis labios
llenitos de amor, rabiando.
Si se han quedado mis manos
llenitas de calor, gritando.
De ternurita y deseo 
se han quedao llenos mis brazos.

¿Cómo no he de estar llorando?
Si se han quedado mis pies
sin camino, pero andando.
Si laten las ganas firmes
de seguir y seguir amando.



26 de febrero 2021


lunes, 1 de marzo de 2021

Manos de protesta

 

"Manos de protesta" Oswaldo Guayasamin


No hay nadie que me salve,
sólo yo y mis manos...
y voy a quemarlo todo.

Voy a quemar todo lo florecido,
voy a rebuscar las raíces
aún con la tierra negra
y cubierta de cenizas.
Voy a escarbar la tierra
aún caliente y cubierta de cenizas.

A tirar uno a uno de los hilos vivos,
de las raíces que han crecido 
extensas y profundas.
Yo los he regado,
yo los arranco.
No más alimento.

Fuego y tierra removida
¿no va a quedar nada?

De todo lo que calma la lluvia,
de todo lo que ilumina la mañana,
de tanto que sacude lo bonito...
tengo que dejarme las uñas 
removiendo la tierra.
Si no, no se vuelve yerma.

Tengo recursos,
no puedo hacer otra cosa
que prender fuego,
o esto no para.







24 de febrero de 2021

domingo, 22 de noviembre de 2020


Pico de la Pinareja,
 25 años y tres días después de escribir el poema.



Quiero ver ese horizonte,
un horizonte real que 
me invite a tocarle.

Pero extiendo mi mano
y no puedo alcanzarle,
porque tal vez sea real o imaginario.

Un horizonte que se funda en la tierra
no una mezcla de azules,
no colinas negras.

Quiero un horizonte que se pierda
y me invite a hacerlo.

Quiero un horizonte eterno,
el que siempre se pierde en el tiempo.

No el horizonte de la vida y la muerte
no el horizonte del amor y el odio.

Quiero un horizonte real
que me invite a fundirme 
en toda su eternidad.



19-Noviembre-1995


Mi yo becqueriana

cuadro de Jesús Flores Alzamora



Oscuras sombras cierran la noche
oscuras olas luchan con ella
y se alejan, y se pierden
y se marchan tan lejos que…
no vuelven.

Olas oscuras con crestas de plata
me llaman a gritos
pero no sé nada.
Me invitan, se marchan, pero…
no vuelven.

Olas de sal, de fuego y de odio
arremeten furiosas en las rocas de un óleo
gritan mi nombre con notable agobio
yo lloro y siento el espanto de ver que…
no vuelven.




Septiembre de 1995


sábado, 31 de octubre de 2020

Poemas en confinamiento VII Reconocerse

 






 VII

Reconocerse



Si encontrase de dónde comenzar a tirar
arrancaría todo lo que me recubre. 
Que a veces me veo y es tan lejano todo lo que me equivale,
que reconocerme es en sí una incertidumbre.
Lo de dentro y lo de fuera se confunden, se reflejan,
y difuminado me difunde como un ser que no sé si soy yo, o si me gusta.

No, claramente. Si encontrase de dónde comenzar a tirar, tiraría y tiraría...
 
Empezaría por mi cuello
para arrancar esta papada irremediable,
sangraría bastante en la barbarie
pero sería un paso útil, un gran avance.
Es más, desde allí es posible con un buen tirón sacar la cabeza limpia
y adiós ojeras y mofletes caídos, 
adiós signos de todo drama y desidia,
fuera marcas de ojos llenos de tristeza, fuera también ligerezas y alegrías.
Que eres muy codiciosa con tu día a día,
siempre una famélica andante, pedigüeña de atención y cariño.

Si es un gesto rápido seguro que no duele
y ya sin rostro avanzar es más sencillo.
 
A una piel que llora tantos mimos
arrancarla de cuajo y con esmero
es como como concederle un favor divino;
aliviarla del contacto el continuo anhelo.

Fuera la piel de brazos que abrazan,
de piernas que apresan,
fuera de un torso que no puede hincharse de aire sin anhelar la fuerza,
que no respira, que sólo se hiere porque no piensa .
Fuera la piel más fina de mis pechos y sin pezones,
quede toda mi carne en carne viva, 
quede desgarrada entera de abajo a arriba,
quede como buen reflejo fuera lo que azota dentro... 

Que no me reconozco aunque lo intento.

Si no me reconozco al mirarme, dime carcasa
¿para qué te quiero?
Si me agota ver mi angustia tan cansada
reflejada en cualquier superficie traicionera,
si me escondo cuando muestro mi estribillo.
Si no me reconozco, no me sirves de nada.
 
Voy a darme la vuelta desde dentro
a ver si la lluvia me limpia un poco,
que hay sitios a los que no llego y que no encuentro,
y así ni curo, ni arreglo, ni reinvento.

 

 

 

 



15 de mayo de 2020

Poemas en confinamiento VI Adelante

 

Preciosa foto de What Is Music




VI

Adelante

 


“Seguiremos dándole duro desde casa,
sin poder mirarnos a los ojos.”
 
Hay un montón de cosas importantes,
imperantes, expectantes
implorantes, integrantes,
exultantes y elegantes
que hacen de este encierro
algo, posiblemente, interesante.
(y que remedio, si no quiero terminar con improperios…)
 
Puedo darle vueltas a mil resultados
y buscar lo menos inesperado.
Ahondar en lo que viene dado
de nosotros, nuestra misma esencia.
Cuánta cosa útil puedo y debo
(ese debo tan social…  que me tie tan frita!)
sacar fuera en este, que no es fútil, encierro.
 
Que si veo bien no es tanto sacrificio;
Nevera llena, manta, wifi y listo.
Si nos quejamos es por puro vicio.
Que no es pa’ tanto ni merece el llanto
que tu piel y tus labios pierdan el instinto.
Que no abraces, ni beses.
Que no acaricies.
Que es solo temporal.
Se puede, qué narices.
Es preciso y hay quien tiene
que dejarse ahí fuera nuevas cicatrices.
 
Hay un sinfín de cosas importantes
Divertidas, compartidas, significantes;
Videollamadas, series, partidas.
Conciertos, jams, poemas y constantes
muestras de que a quien le sale, pues comparte.
 
Clases online, teletrabajo, malabares, obras de teatro,
vídeos en directo ¡¡Todos tan majos!!
todos dispuestos a compartir el buen trabajo.
Un puñao de recursos bien usados
que nos ayudan a todos a pasar el trago.
 
Aun así, mira tú, con tanto recurso,
Y no poder mirarnos a los ojos, qué disgusto.
 
¿Qué puedo hacer para mirarte frente a frente?
Si en la pantalla se pierde el mirarte a los ojos.
Nos miramos y el mirarte, ya es deleite,
pero esa carencia me recuerda el modo.
Si miro al objetivo y “te miro” no te veo.
Si miras para mirarme te pierdes mi respuesta.
Eso no se arregla con recursos e ingenio.
 

Eso se arregla con tenerte cerca.

 





 4 de abril de 2020

Poemas en confinamiento V A milímetros o a nada

 




V

A milímetros o a nada

 

A milímetros o a nada
quiero tener mi lengua y fragmentada
cada parte de mi piel desesperada que (paradoja)
se sonroja, te sonrojas ¡qué espera!

A milímetros o a nada
mis dedos en tu nuca, en tu pelo, en tu espalda.
Si son sueños no me vale.
No me vale, ya, a través de una pantalla
que quiero que haya o milímetros
o nada entre nuestras manos
entre nuestras miradas
entre nuestra piel, que sucumbe
sucumbe ante milímetros y nada.

La carga del deseo que deseo
esa sonrisa congelada en la nada.
Tus dedos en la boca,
tu mirada contenida
escondida tras el brazo que me abraza.
No quiero más que milímetros
o a nada.

No quiero palabras en textos,
susurros grabados en la nada.
No me valen, aunque alivien, las pantallas.
Yo te quiero a milímetros
o a nada.

Nada de espacio entre nosotros
mira qué bien cuido de tu piel.
Toda mi caricia contemplada,
están mis dedos deseando desearte
a milímetros o a nada.

O que faro tengo, sin girar, sin luz
que faro tengo que me agarra
que me asegura que llegará el momento
en el que entre tu y yo no habrá
ni milímetros ni nada.



29 de marzo de 2020