jueves, 27 de diciembre de 2012

cualquier cosa que no sea soñando


Que alivio no soñar contigo,
replegar mis alas de mendigo,
rechazar el engaño de Morfeo,
sentir que tengo algo de libertad.

¿Caridad del engaño momentáneo?
Yo no le pido a nada que te traiga,
no quiero tenerte tan presente,
tan específico y tan extraño.
No quiero tocar con mi mente
lo que no pueden tocar mis manos.

Que alivio no soñar contigo
si el caer de la noche se hace amargo.
Recelar de lo que traen los sueños,
temer las aventuras de antaño.

Voy a anhelar lo insomne de la vida,
a contar las hebras de mi pelo,
cualquier cosa que me tenga entretenida,
cualquier cosa a tenerte cotidiano.
Cualquier cosa a verme entre tus dedos,
cualquiera a perderme con mis manos,
cualquier cosa que me aparte de tenerte,
de tenerte en mis sueños con engaños.

Que alivio no soñar contigo,
que llegue el día y mi corazón sano.


(27-12-2012)

miércoles, 5 de diciembre de 2012

Algunos Cuentos De Navidad Deberían Contarse En Primavera...




La Cerillera.
 Silvia Álvarez Castellar (con tu permiso)



… cuando el ánimo despierta a la estación del año más ruidosa, luminosa, colorida, viva y placentera.

En Navidad, durante el invierno, cuando el frío aprieta, forma parte de nuestra sociedad que todo el mundo, en pleno exceso, muestre sus valores puros y solidarios, de modo que todo el mundo acoge con un suspiro un cuento triste navideño. ¿Qué cuento navideño ha despertado más lamentos que “La cerillera”? ¿Se ha olvidado ese cuento? ¿Cuántos años han de pasar con cerilleras en todo el mundo; para que comprendamos con qué facilidad soltamos un suspiro?¿Para que se olvide?

Había una vez una muchacha muy muy pobre. Toda su familia había sido siempre muy pobre y desde que nació vivía en una chabola en una localidad cercana a Madrid. Tenía dos hermanos mayores y dos hermanos pequeños, ¿niños? ¿niñas? ¿qué más da?. La comida siempre era muy escasa. En la chabola no tenían agua corriente, ni baño. Pero tenían una nevera pequeña y una cocina de gas butano. Tenían también un pequeño generador de gasoil que les proporcionaba electricidad. Eran siete bocas que alimentar. Su madre estaba enferma y con esfuerzo se ocupaba de sus hijos, no recibía ninguna ayuda económica. Su padre robaba cobre y gastaba más dinero en vino que en arroz. Su hermano mayor había empezado a traer dinero, pero con ello llevaba un año consumiendo heroína, en ocasiones se la pinchaba, en ocasiones la fumaba. Ella no tenía aún 11 años y se llamaba María, era alta y muy delgada.

María pasaba las horas conversando consigo misma sin mover siquiera los labios. Había aprendido a pasar desapercibida para no recibir palos de sus hermanos, sobre todo ahora. Iba y venía a por agua dos o tres veces al día. Acompañaba a su madre a recoger los desperfectos de los supermercados las noches que los tiraban a la basura tras el cierre. Todo lo veía y de todo intentaba aprender, porque nadie la había enseñado nunca. No solía estar muy animada porque siempre tenía hambre, pero cuando comía algo tenía una sonrisa radiante de dientes mal cuidados, en una cara sucia y desgreñada. Apenas sabía leer, su madre no sabía leer y su padre tampoco, y aunque ellos le habían enseñado cosas vitales de la vida, nunca había sido escolarizada y ni siquiera entendería el significado de esta palabra.

El invierno siempre era muy duro. Con cada invierno que termina parece que te has hecho más al frío, pero María no contaba aún con muchos inviernos y su pellejo poco la calentaba. Le fastidiaban especialmente esos meses por las Navidades. Aunque en ocasiones se había quedado impresionada por el ambiente, al final, cuando todo está en calma, sólo queda el frío. Las luces y el frío.

Aquella tarde el frío era especialmente constante y amenazaba una noche peligrosa. María se la pasó haciendo caldos, para robar el calor de la olla. Y fue muy silenciosa porque su hermano mayor estaba muy enfermo y de mal humor. Llevaba dos días sin poder salir de la fiebre.

_ María ven aquí. _ No era una petición y lo acompañó un horrible acceso de tos. _ ¡¡María!!

La niña se dirigió hacia su hermano echando ya en falta el calor de la olla.

_ Tienes que ir a la Plaza Mayor, a la salida de la calle de la escalerilla de piedra y esperar. Te pones mi abrigo y mi gorra, que hace tela de frío, y así Luis te reconoce. Tu le das esto, él te da un sobre y te vuelves pa casa, que ya le'avisao. Te vuelves directa y ni se te ocurra abrir el sobre.

_ ¿Que ya le has avisao?

_ Tú eres tonta niña. Ves a la Plaza y ten cuidado.

_ ¿Pero a la Plaza Mayor de Madrid?

_ ¿Hay más sitios de Madrid a los que sepas ir? Toma esto y vete pa'llá.


María cogió los 5€. Se puso el abrigo de su hermano y su gorra. Cogió el paquetito embolsado y salió a la calle. Cogería el autobús, pero no el metro. Su hermano era idiota, no sabía que no cogería el metro, pero cualquiera le decía nada. El metro le asustaba muchísimo, tanta gente, todo el mundo corriendo de un lado a otro, tantos carteles. Muchas de las palabras y nombres que sabía leer las debía a los nombres de las estaciones del metro, pero le ponía muy nerviosa. Además sospechaba lo que llevaba encima y eso le asustaba.

Era desconcertante, por un lado el calor de andar a paso vivo la impulsaba a sonreír, por otro sabía lo que se le venía encima y eso le daba más miedo que el metro. No quería pensar en llegar al centro de Madrid. No sabía a qué hora debía estar allí, pero si su hermano quería que usase el transporte público tal vez la esperasen pronto. Aceleraba su paso y pensaba en las calles que llevan a la plaza de Sol y no le apetecía ver los puestos y a la gente por las calles. Los bares y los restaurantes, con sus vapores y sus olores. Tanta gente. ¿Tántos somos? Por favor que estén cerrados, que cuando llegue no queden más que unos pocos, que no haya olores y que haya buenos restos. 

Cuando María camina por las calles parece una recolectora, mira atenta al suelo. Se encoje y así parece más pequeña. No quiere crecer porque sabe lo que se le viene encima. Camina por calles poco concurridas y encuentra cosas que siempre puede usar, es cierto que en Navidades se encuentran más cosas.

Encontrar céntimos la sacude por dentro, es algo bueno y algo malo. Es bueno para ella que encuentra 10 céntimos, es malo para quien lo ha perdido. Si claro... no sabe lo que es el sarcasmo, pero hace uso de él. Es bueno para el que lo ha perdido cuando no lo ha echado en falta, ni para agacharse a por él, ni para juntar otros céntimos para un kilo de azúcar. Es malo para ella sentir y aprender que a tanta gente le sobran tantos céntimos.

No le gusta ir a Madrid porque es demasiado grande para su comprensión. No le gustaba ir en esas fechas especialmente porque cuando era niña sus hermanos la llevaban a pedir a la plaza de Sol y no salían de su recuerdo los carros llenos de compras con comida que los alimentaría dos o tres meses. La muchedumbre llena de bolsas, las luces de Cortilandia. Los coches, el ruido. La algarabía, los infinitos puestos de la Plaza, los serpentines, las máscaras y las pelucas. ¿De cuántos colores había soñado que era su pelo? Invisible entonces, como lo era ahora esperando en la salida de la calle de la escalerilla de piedra de la Plaza Mayor. Ya con los puestos cerrados, ya con pocos transeúntes, como ya bien sabía, sólo quedaba el frío.

El tal Luis no aparecía y la noche apretaba su garra. María tiritaba de los pies a la cabella echa un ovillo tembloroso bajo el arco de la plaza. Intentaba tranquilizar su respiración pero no lo conseguía. ¡Se moriría de frío si no regresaba a casa! Pero el tal Luis no venía y no podía volver con el paquete y sin el sobre, sin duda su hermano se enfadaría.

El reloj de Sol dio las cuatro de la mañana y María tiritaba, llevaba tres horas allí. Abría y cerraba sus manos dándoles el calor de su aliento. Las tiritonas venían muy seguidas y tensaban todos los músculos de su cuerpo de arriba abajo, de abajo arriba. Cuando pensaba que el frío y la rigidez cortarían su respiración, vio la cara de relajación que puso su hermano la primera vez que le vio fumar heroína. Tal vez le ayudaría a pasar el frío de la espera. Pero si se atrevía a abrir el paquete y comprobar lo que era, si se atrevía a prepararlo y fumarlo… Tan sólo un poco, un poquito para que Luis no se dé cuenta. Sé cómo hacerlo, lo he visto, y he recogido alguna cosa que será útil… si con ello tan sólo apartase un poco de mí el frío, podría esperar.

Y así pensó María.

Confirmó que su mechero funcionaba y preparó lo necesario. Abrió el paquetito con el cuidado que sus entumecidos dedos le permitieron. Confirmó lo que pensaba y cogió un poco del compacto polvo blancuzco. Lo colocó sobre el papel de Ferrero Roché, y encendió una cerilla... Si, el frío cesó. El frío, la conciencia y los latidos de su corazón. María murió en el acto de sobre dosis, bajo un arco de la Plaza Mayor de Madrid, un martes cualquiera de finales de diciembre.

Si con ello tan sólo apartase un poco de mí el frío, podría esperar.

Esta vez sólo ha necesitado gastar una cerilla.




(de los retos de fantasíaepica.com - cuento infantil alternativo. abril 2011)

luna golfa





Roja surge su sonrisa
perfilando la tierra
la luna golfa,
luna que mengua.

Apareces sin permiso
rompiendo rimas
a despertar lo insomne
que hay en mi vida.

Cuando todo es calma,
cuando no te espero,
aceptada tu ausencia
arañas el cielo,

Y te alzas muda
en tu grandeza,
encendida en rojo
forja de leyendas.


(26-3-2009)

poetas





POETAS I


Aquí todos somos poetas
puñados de palabras sin sentido
hilando una a una de corrido
clamando la licencia de escritor.


Y qué si cada uno con su estilo
proclama a todo el mundo sus valores
y esconde en cada rama con su nido
los huevos de tortillas “milsabores”.


Aquí todos somos poetas
de reclamo, miedo, drama y diversión.
Unos suman y otros corren con las letras
lidiando entre bragueta y corazón.


Y aquí estamos, libremente, como hermanos
tan sedientos y saciados del sabor
de las risas y las prisas de las manos
de la tinta y la espesura del color.




POETAS II

Aquí y allí, de facto, ¡¡soy poeta!!
sin esfuerzo me rima con bragueta,
si protestas también rima con teta
¿qué dices? sumo y sigo, es mi treta.

¿Y qué? si no hay licencia no hay corrillo
sirva de excusa que ya no hay truquillos
porque, de tan cuerda, no hay estribillos
forzando todos llevan un ritmillo.

Quita ¿que no ves que esto es un soneto?,
así, poquito a poco, te lo meto
es cien por cien parodia del respeto.

Aguanta ¿que no ves? purita enmienda,
escrita solo para quien lo entienda
que escribo como escribo, esta es mi menda.


(15-agosto-2011)

dile a la luna clara




Dile a la luna clara
que estoy nerviosa por verla,
que se pierde mi mirada
en ese manto de perlas.

Dile que estoy asustada
cuando las nubes me ciegan,
cuando la noche no es larga
y en su menguante recela.

Dile que rabio en deseos
de encontrarme su reflejo repentino,
despertar del girón de un sueño
y espiar como avanza en su camino.

Dime que cumplirás mis plegarias,
que serás mi peregrino,
que llevarás mis palabras,
que te tengo como amigo.

(y así un perro llegó a la luna,
porque una noche se lo maulló una gatuna)


(regalo amigo invisible navidades 2011 - fantasíaepica.com)

miércoles, 14 de noviembre de 2012

pero qué pequeña eres

(letra de canción)



Pero qué pequeña eres
rodeá de tanto astro,
si parecen alfileres
prendidos en un gran manto.

Pero qué preciosa eres
siendo sonrisas y llantos.
Siendo moral de quien puede
declamar amor y espanto.

Despertando mis sentidos
galopo cortando estribos,
liberas mi condición.

Viendo que eres tan pequeña
¿Qué medida yo he elegido
para dar brote al sentido
que alimenta el corazón?

Luna, luna, ay luna clara.
¿Qué le encuentras al sabor
de mis lágrimas saladas,
del dolor y el resplandor?

Luna, luna, ay luna clara.
¿Qué vigilas con tesón?
Gobernando las miradas
prisioneras del amor.


(25/08/2011)

martes, 13 de noviembre de 2012

podría y puedo

Podría no ser más que agua clara y viento
y así fluir por la tierra sin ningún impedimento.
Podría saltar con fuerza y volar desde el infierno;
extener mis largas alas y llegar al firmamento.

Torcido, retorcido, rebuscado y tan incierto,
¿por qué no es más sencillo tener claro lo que siento?
Anudado, enredado, cabizbajo y sin resuello, 
me trastorna el enemigo que se alimenta por dentro.

Podría simplificar todo este estado de nervios
y que fluya como el agua, como el espíritu del viento.
Podría relajarme y montarme en Cancerbero
que tal vez esté ya harto y me saque de este infierno.

Podria ser aún más fuerte y más valente si así quiero,
dejar el condicional y asentarme en un perfecto,
dejar los pensamientos viles que me comen el cerebro,
sentir que avanza y me mira cuanto yo estoy descubriendo,
sentir sin remordimientos, que el qué será, es un misterio... 



(03/08/2006)

quiero perder





Perder el razocinio;
no pensar,
no soñar,
no anhelar,
no caer en el delirio del abismo.

Perder la voz que me come;
no sentir,
no pedir,
no entregar,
no besar en el exilio de los sueños.

Perder la empatía;
no sufrir,
no entender,
no transigir,
no desear tu porvenir y tu alegría.

Perder mi pensamiento;
no esperar,
no elucubrar,
no buscar,
no encontrar la soledad y el desaliento.

¿Es no vivir?
Ni tan siquiera lo intento,
tan sólo quiero evitar el sufrimiento.



(23/5/2009)

sábado, 10 de noviembre de 2012

y allí...




puedo imaginarme un planeta
en el que todos han sido cuerdos
y no hayamos olvidado como convivir
por muchos que seamos.

en el que hayamos aprendido a respetar,
a no morder la mano de la tierra que nos da de comer
un planeta Azul y Verde
lleno de montañas, bosques, ríos...
paisajes inimaginables...

... y humanidad consciente...

¿humanidad?¿raza?¿especie?


Puedo imaginarme un planeta
en el que todos han sido más cuerdos.





2:57am 9-10 noviembre 2012

jueves, 8 de noviembre de 2012

de hartazgos


en un momento de saturación de lo que están haciendo en mi país (del que estoy enamorada), saturación, un cabreo impresionante... un hartazgo inaguantable... necesitaba desahogarme. 


Hasta la polla que no tengo
de to cuanto me rodea,
creo que haré autoestop
clavada en la carretera,
tal vez hay suerte y me lleven
allí donde no hay fronteras.

Jartita ya de aquí a un tiempo
de que no valgan los gritos,
que no aprecien descontento
los jodidos reyecitos.
La casta que nos succiona
mientras crecen sus estrías,
mientras desgarran las carnes
de esta ¿patria? que es la mía.

Jartita de ver como siempre
llenan sus sacas con llantos,
mientras ellos se despollan
cómodos en sus palacios.
¡Qué bien saben ellos que el pueblo
aunque barrite es muy manso!
¡Cómo se retirán de todos
tras escudos y porrazos!

Que lo piensen un poquito
¿"Premio Nobel de la Paz"?
En esta Europa de mierda
nos quieren ver mendigar.

Todos al mismo agujero
con su mierda de ideario,
políticos estafadores
que nos lleváis al barranco,
seguiremos siempre firmes
gritando siempre más alto.

(madrugada del 13-10-2012)

El lenguaje de los besos



Alex Grey, Kissing, 1983



Hubo una secuencia de besos
más allá de las palabras.
Una conversación perfecta
entre labios y lenguas.

Como si solo los besos
supiesen de lo que hablaban,
cuando los tímidos labios
prescinden de las palabras.

Se entendían las sonrisas,
los silencios, las paradas.
Se entendían los suspiros
como si fueran miradas.

¡Qué claridad repentina
en mi mente despertaba!
¿Quién, con este idioma,
prefiere conversar nada?

Así es como han de hablar los labios
cuando nadie los reclama.






(12-2-2012)



miércoles, 7 de noviembre de 2012

Míralo

Este es un texto que escribí con veinte años. Lo rescato y lo comparto porque me gusta mucho y porque mis pensamientos no han cambiado. Hace poco un compañero del foro me comentó que era "pura poesía Grunge". Me hizo mucha gracia el comentario, pero estaba muy acertado. Era yo muy grunge!

Cuando mi amigo Marcos lo leyó (hace ya catorce añitos) se emocionó. Hoy se lo dedico a él.


A veces nos cuesta mucho decir las cosas, últimamente yo ni tan siquiera intento decirlas.

¿Sería alguien capaz de decirme que es lo que me pasa? Me gustaría poder ser yo misma la que respondiese esa pregunta.

A veces cuando voy caminando por la calle y veo a toda la gente, caminando como yo, buscando un motivo para vivir o siendo motivo de alguien para hacerlo, me pregunto cual es el mío, mi motivo. ¿Por qué vivo? ¿Qué me mueve a vivir?

Miro a los niños pequeños en la calle y sonrío. Observo como juegan, lo poco que les importa a ellos lo que pase. Veo como sonríen por lo más mínimo, veo como disfrutan, como lloran por que no tienen algo que quieren. Joder pequeños, no os imagináis lo que vais a llorar a lo largo de vuestra vida.

Es la existencia del hombre. Creo que realmente no disfrutamos de lo que tenemos o podemos tener, no disfrutamos de la vida y es muy corta. 

Camino por la calle en mi monótona vida. Camino y veo como el resto camina como yo; Ovejas que tienen marcada una vida y que ya no pueden escapar de ella. La necesidad de vivir. Respiramos de una forma inconsciente y ni siquiera nos damos cuenta de que lo hacemos. No nos paramos a pensar: “Mira, estoy respirando, ahora se llenan mis pulmones, …, ahora se vacían…”

No nos damos cuenta de lo que nos rodea, no nos damos cuenta de lo que vivimos, porque lo hacemos tan cotidiano y tan normal como la respiración. Vamos a conseguir que el resto de nuestras funciones pasen desapercibidas. ¿Has sentido alguna vez como latía tu corazón? ¿Lo sentiste alguna vez antes de convertirse en piedra? No vamos a tener sentimientos, se apagarán una noche, como se apagan al amanecer las farolas, como se apaga la música cuando suena la última canción del disco. Porque estamos tan habituados a explotarlos, a no pararnos a saber que coño sentimos, que llegará un momento en el que nadie sienta nada por nadie, todo será una farsa, toda será apariencia y mera satisfacción. Para qué, a la puta mierda, estamos dejando de vivir. NO perdamos esa cualidad, joder, no dejes de saber lo que sientes, no lo pierdas, sea odio, amistad, miedo o amor, no lo pierdas, sea lo que sea lo que eres capaz de sentir con tus sentimientos, no los de nadie más, nadie tiene porqué saber que los sientes, pero siéntelos porque si no, estás muerto…

Ni tan siquiera somos ya capaces de disfrutar de lo que nos rodea, míranos. ¿Cuándo fue la última vez que te paraste a mirar el color de las nubes? Todos andamos mirándonos lo pies, con tanto miedo a tropezar que no vemos como nos chocamos con los que están delante nuestra. No tenemos en cuenta al que cortamos cuando nos paramos, asustados, en mitad del camino. Caminas sin ver que te rodea. ¿No te das cuenta de todo lo que te rodea? (¡¡ciego!!) Caminas mirando tus pies, mirando el reloj, mirando hacia la estación, con miedo de ver partir el tren y tu no estar dentro de él. ¡Vaya! que pena de me das.

Míralo, aunque te quemen lo ojos, míralo, aunque se llenen de lágrimas que arden como brasas, joder míralo por favor, despierta y mira esta noche al sol. Míralo porque quiero que sientas, igual que siento yo. Míralo porque te verás a ti mismo brillar cuando no te corresponde, porque verás, sentirás lo que es vivir. Yo, que seguí mi consejo, me quedé ciega al resto de la gente, ciega para no ver lo que me hace daño, ciega para no ver lo que me hace feliz. Ciega porque miré durante mucho tiempo a esa luz, muerta de sed y de hambre, muerta de amor, muerta de miedo, miré y estoy ciega. Mira tu pues con recelo, mira la luz que emana de ti. Mira con prudencia, pero mira…

1998

martes, 6 de noviembre de 2012

Mi fuga


Dame una sierra,
dame una sierra que quiebre los barrotes
de la cárcel que me aleja
del calor de la noche y de sus voces.

Que hasta el cristal me hace presa,
como una jaula improvisada
del sonido de tu lengua,
del azul de tus ojos; tu mirada.

Cadencia continuada, nada perfecta.
No me valen mis reproches,
si voy mal encaminada
nadie corrige mis golpes,
por eso salen las jaulas
las prisiones con barrotes,
no me siento limitada;
que no valen mis reproches.

Dame una serreta fina
para cortar los grilletes
que me atan a esta celda
donde nada me arremete.
Cree mi carcelero que así aleja
de mi cuerpo mis temores,
cree que si me tiene presa
no llegarán los temblores,
no haré víctimas secretas
ni de mis labios amores.

Pero no sabe que encierra
junto a mi cuerpo, mi monte,
ni en mis carnes ni en mi pelo,
ni la piel que me recorre,
dentro, muy dentro,
desde que el tiempo me dio nombre,
dentro, muy dentro de mí
el enemigo se esconde.

Cree mi carcelero que evita
que otros duelos provoque,
piensa que ha puesto freno
a mis salvajes estoques,
no sabe que dentro, muy dentro
es donde surgen los brotes,
que mi cabeza está enferma,
que sólo se presta al roce,
que mi palabra es eterna
y que en ella encuentro el goce.

De modo que ¡aquí esa sierra!
que reviente estos barrotes
que mi alma es libre y terca
que mi cabeza responde
y dentro, muy dentro tengo
el enemigo que absorbe,
que genera, engendra y cría,
mi mal, mi anhelo y mi goce.
Con el que lucho y me lanza
a sufrir por los rincones,
que me impulsa a levantarme
para hacer él los honores
de empujarme y pisotearme,
de enseñarme los horrores.

Dame, que sola no encuentro,
las herramientas mejores
para salir de esta celda
y perderme en pormenores,
que quien quiere mis pendencias
es que no busca perdones,
que ya sé que no hay contienda
que resalte mis galones.

Si soy hija del destierro
o si lo soy de la noche,
de cualquiera de las prendas que me visten
las arranco, tiro al suelo y me despojo.
Soy víctima de la carne que no viste
y mis labios los culpables del destrozo,
no hay cárcel ni prisión que limite
mis zancadas, mi brío ni mi arrojo,
que esta fuga es cosa hecha si soy lista, 
si llega el día y me olvido de tus ojos.



(25 de mayo de 2009)

lunes, 5 de noviembre de 2012

Soneto de colecconista

Colecciono de tí primeros planos,
de tu perfil inclinado, tus ojos,
que el hueco de tu cuello es un antojo,
tus labios y la línea de tus manos.

Los retengo engordando mi tesoro,
evocándolos sin tarea alguna,
como avaro que amasa su fortuna,
que a un centímetro de tu boca hay oro.

Así al cerrar los ojos; tu mirada.
Así como en la noche está la luna,
así veo mi vida regalada.

Que son primeros planos de tu esencia,
divina mi memoria almacenada,
aliento en los momentos de tu ausencia.



(11-07-2012)

domingo, 4 de noviembre de 2012

En el andén



Siempre está allí, quieto y silencioso. La primera vez que le vi me resultó simpático, ahora me da pena.

Sentado en un viejo banco de madera, sólo sabe observar a los que vienen y van, sin fijarse en lo que queda, con la mirada perdida en las pocas maletas que en esa estación se llegan a ver. Él se limita a mirar, porque tal vez no pueda ni decir que observa, sus ojos se quedaron vacíos hace muchos años.

Es viejo, no puedo ser educada y decir que es un anciano, porque es viejo. Tampoco podría decir que es de la tercera edad. Él es viejo, tan viejo que parece que su alma le abandonó hace mucho, como si hubiese muerto, y le dejó allí, sentado en el podrido banco de una estación de tren.

La estación está tan perdida en el espacio que los trenes que pasan sin parada parecen fantasmas. Ni tan siquiera tiene edificios o casas a sus espaldas que la protejan del frío. Está tan sola como el huésped de su banco y tal vez algún tren pare allí, como perdido en el tiempo y deje algún alma errante o se lleve algún cuerpo sin mente.

Es entonces cuando él alza su mirada y se ciega con el sol, cuando imagina sus vidas. Es entonces cuando entra él en el tren y viaja, o cuando vuelve el alma que algún día se marchó, para devolverle la vida.

Ahora me da pena, porque vive la vida de los pasajeros que el tren le envía, porque sus ojos buscan vacíos una nueva vida que poder vivir y su soledad me hace sentir también sola.

Si ve un rostro nuevo, la esperanza brilla unos instantes en sus ojos y desaparece tras la certeza de equivocarse. Una vez incluso, se puso en pie, iba en su dirección una preciosa muchacha, con un vestido largo y blanco y una pamela que cubría su rostro. Cuando pasó a su lado ella le sonrió con dulzura. “No es ella” alcancé a escuchar, y tuve miedo de que estuviese esperando a alguien.




Raquel Meller, Soroya 1918


(escrito alguna mañana lluviosa de noviembre de 1998)

Noches en mi tejado





Cazando,
acechando me veo, incomprensible, un amanecer.
Yo que persigo la noche
hoy parece que quiero crecer.

Cazando,
viendo acercarse a mi presa
esa que no se deja oler,
que a la pupila avisa,
que desinteresa
sin dejarse entretener.

No. ¿Qué espero de mi caza?
¿Qué es lo que quiero ver?
La pupila se dilata
y ahora puedo enloquecer,
ahora vuelvo a ser ingrata
a ver qué quiero entender.

Estar…
No esperaba ver con mis ojos su luz,
se fue la noche y sé que sólo quedas tú.
Invitas al saber y me das locura
que tienes el poder de ir a trasluz.

Dame cuadros sin pintar,
dame un aliento.
Déjame esta vez ganar,
si no llego a ti, lo intento.

Cuánto puedo ser capaz de saltar si al fin
se pudiera registrar cuanto queda aquí.
Llenas tú la luz, alba, vienes por mi…
Quiera yo saltar, volar, sobrevivir.

Y ante mí creces, detengo el tiempo,
el salir del sol, este momento.
Quiera ser si no como un lamento,
cuéntame si quieres otro cuento
tú, que esto, me lo invento.
Y es que es tan violento
ser un simple circunspecto.

Dame luz, lo que no me das, respiro.
Déjame al menos tener un testigo
Que quiero escribir todo lo que digo
Sin suprimir lágrimas de abrigo

Y con luz… mira, si atino.





....




p.d. si tuviese internet en casa seguramente no hubiese subido al tejado...


(escrito el 4 de mayo de 2009)


Se regala corazón


Se regala corazón por puro hartazgo,
a tu disposición lo pongo, y a la tuya y a la suya,
que tal vez en buenas manos sirva de algo,
yo ya no sé qué hacer, soy muy capulla.


Si lo encuentras y lo quieres te lo entrego,
es un trato, un pacto de caballeros.


Es bueno, leal y honesto,
si se lo propone echa los restos.
Irá hasta el final codo con codo,
en general mi corazón es un tesoro.


Pero es un corazón muy malogrado,
cabizbajo, trasteado y fustigado.
Es un anhelo inconcluso, un disparate,
un arma de chocolate y acicate.


Es abajo arriba, arriba abajo,
una constante inconstante
tocar las nubes y chupar asfalto.


Ya no lo quiero, me cansa mucho.
Tiemblo de miedo cuando lo escucho.


Consciente de cómo son las cosas
se alimenta de su calamidad.
Chispeando ante las expectativas,
se ríe a carcajadas de la realidad
que abre y cierra y abre y cierra heridas.


Se lamenta por cada luna que no puede compartir
y no entiende por qué está solo.
Piensa que un día dejó de existir
y si late es sólo por mantenerlo todo.


Nunca me deja ir a dormir,
porque en cada latido atesora un sueño.
Me abrazo al aire, que es mi porvenir,
porque mi corazón nunca tendrá dueño.


(poema escrito el 8 de mayo de 2011)

Estados de ánimo

Siempre he prestado mucha atención a la hora de conservar las cosas que escribo. Sobre todo de niña. Cuando era niña adolescente, antes de ir a dormir, confirmaba que la carpeta con mis "cartas a la vida" y mis poemas (ya conservaba cuarenta y tantos poemas románticos) estaba en su lugar. Luego, mientras llegaba el sueño, inventaba historias y aventuras, o decidía que cogería si se produjese un incendio repentino, o una inundación en la que deberíamos usar el armario a modo de barca... Esa carpeta (que aún conservo) era, siempre, mi primer objetivo.

La carpeta creció y mi afán de conservación también. Ahora guarda un libro escrito en dos cuadernos pequeños y viejos, junto a su transcripción inacabada a máquina (escrito de los trece a los diecisiete años). Se ha convertido en una caja de tela azul, llena de cuadernos, sobres, pequeñas carpetas... Más peso para mi fuga repentina.

De pronto tener un ordenador en casa se vuelve accesible, proporcionaba más herramientas seguras para mi empeño y mi creatividad literaria. Parpadeo y aparece Inrtenet. Pero cuando se vuelve más fácil que nunca compartir tu creación con el mundo ¡la revolución de la comunicación y la información! a mí no me resultaba tan sencillo. Primas, amigas, algún amigo... jamás pensaba en enseñarle mis poemas o mis parrafadas de adolescente a mi hermano ¡¡o a mis padres!! pero a medida que crecía, a mis amigos cercanos les parecían más buenas, se acumulaban las buenas poesías y me insistían en intentar publicar. "Hazte un blog María" he escuchado infinidad de veces.


Como Piezas De Mi


Ese fue el nombre que me vino a la cabeza la primera vez que pensé recopilar mis poemas y escritos e intentar compartirlos de algún modo.


Hace muy poco tiempo casi sufro la que hubiese sido una pérdida para mí tremenda. De repente mi ordenador falló, acepté que iniciase otra sesión sin saber bien que hacía, y allí en "mis documentos" no había  nada... nada de lo que tenía informatizado desde que tengo doce años...

He de reconocer que no he evolucionado en mi manejo de las tecnologías tan rápido como ella ha avanzado, ni por asomo. De hecho vivo sin Internet en casa, sin ereader (siendo una enamorada de los libros), sin ipad. Vivo con una pantalla donde no está conectada ni la televisión pública ni la privada. Y si... me siento muy pardilla con la basta red... este es mi primer blog... soy toda una inexperta!!

Ya tengo copia de seguridad de todo (por supuesto), vuelvo a estar al quite de proteger bien mi patrimonio de creación literaria, pero he pensado que ya es hora de compartirlo más...

Sigo sin poder evitar sentirme reacia en parte (es un tema complicado que mezcla el ego, la vanidad, las emociones, la exposición de tu ser... ¡toda una entrada para un blog vamos!), y eso me lleva a recordar las palabras que una amiga me dijo tras leer emocionada un poema mío; "Creo que no sabes que con tus palabras puedes lograr que alguien identifique sus sentimientos. Que en cualquier parte o cualquier lugar, alguien lea esta poesía como la he leído yo y la sienta suya como yo la he sentido".  Habíamos hablado de mi reticencia (y cierta vergüenza) a compartir mis poemas, pero me desarmó (gracias Laura). Eso me decidió a compartirlas más (en el único foro de toda la red del que soy usuaria ^.^ fantasíaepica), a hacer el proyecto de libro (que no hice nunca), últimamente incluso a compartirlas por Facebook. ¿Por qué no en mi propio Blog?

Aún así, mi intención no será únicamente la de compartir mis poemas y escritos. Las piezas que me han hecho, o ser María En Trocitos en el blog, no llevan una connotación negativa. Yo soy optimista. Llamo piezas y trocitos a los poemas y textos, y a la música, porque son breves, como las piezas de un puzzle. Son estados de ánimo que me han hecho, que nos hacen como somos. Cuando los recibimos de los demás en sus poemas, canciones y obras musicales y cuando somos nosotros los que sacamos nuestros trozos para poder expresar de algún modo lo que sentimos. Habrá que compartirlos, entonces, tanto los suyos como los míos y entre mis pequeñas piezas mezclar también sus grandes obras.


Como para muestra un botón, uno de los Grandes Poetas; Mario Benedetti. Ver este video me ha despertado y me han entrado ganas de compartir también  mis estados de ánimo.